La terapia del lenguaje aborda
la capacidad para reconocer y gestionar emociones.
Pensar con el corazón implica tener competencias emocionales.
Sabemos que ser inteligente no garantiza el éxito en la vida, sin embargo, ser competente emocionalmente sí garantiza el bienestar social y emocional.
Las competencias emocionales incluyen la consciencia emocional, la regulación emocional, la autonomía emocional, competencia social y habilidades para la vida y el bienestar.
Desde la escuela se pasa de una educación centrada en la adquisición de conocimientos a una educación orientada al desarrollo de competencias. En un mundo tan cambiante y complejo como el actual se hace urgente educar en competencias emocionales.
Los terapeutas pueden ayudar a las personas a desarrollar inteligencia emocional, lo que les permite manejar el estrés, con esto podrás resolver conflictos y establecer relaciones interpersonales más saludables.