El maltrato infantil y el abuso sexual infantil son problemas muy serios que requieren una intervención especializada y sensible. Un terapeuta que trabaje con niños y familias puede desempeñar un papel crucial al proporcionar un espacio seguro y de apoyo donde la víctima pueda expresar sus sentimientos, procesar sus experiencias traumáticas y desarrollar estrategias de afrontamiento saludables. 

El terapeuta puede utilizar enfoques terapéuticos específicos, como la terapia de juego, el arte terapia o la terapia cognitivo-conductual adaptada para niños, para ayudar a la víctima a recuperar el sentido de seguridad y autoestima, y abordar los efectos emocionales y psicológicos del abuso. 

Además, el terapeuta puede trabajar con la familia y otros profesionales de la salud para garantizar una respuesta integral al abuso y promover la recuperación y el bienestar continuos de la víctima.